El lenguaje del amor: cómo han cambiado los códigos no verbales en el cortejo

https://cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/HCZASYZEE5AUJFPSJG67LOFEWE.jpg

El idioma del amor ha pasado por cambios importantes a lo largo del tiempo, ajustándose a las situaciones culturales y sociales de cada era. Desde las intrincadas representaciones de cortejo del siglo XVI hasta los actuales métodos de atracción en las aplicaciones de citas, los gestos y símbolos de atracción han tenido un rol crucial en la búsqueda del amor. A través de los años, las señales no verbales, que en su momento eran sutiles y codificadas, han progresado hacia formas contemporáneas de comunicación visual, pero el componente emocional permanece igual.

Un ejemplo notable de la manera en que el cortejo y el amor fueron plasmados visualmente a lo largo de la historia es el retrato de Ana de Cléveris, creado por Hans Holbein el Joven en 1539. Esta pintura de la futura esposa de Enrique VIII fue tan impactante que generó una reacción inmediata en el monarca, quien decidió comprometerse con ella. No obstante, a pesar de la belleza y el esmero en el retrato, el encuentro entre Ana y Enrique fue incómodo, y el matrimonio no se consumó. A través de esta historia, se puede ver cómo el arte y las representaciones visuales del amor han influido en las decisiones amorosas a lo largo del tiempo, aunque no siempre de manera predecible.

La seducción en la Regencia y la utilización de emblemas

Durante el periodo de la Regencia británica, desde finales del siglo XVIII hasta inicios del XIX, el arte del cortejo se refinó notablemente. En las obras de Jane Austen, por ejemplo, los protagonistas no solo buscaban casarse por motivos financieros, sino que el amor se transformó en un ideal exitosamente valorado. Las dinámicas del cortejo frecuentemente se sustentaban en gestos discretos y la transmisión de mensajes mediante objetos, como los abanicos, que se utilizaban para comunicar en secreto.

El uso del «lenguaje de los abanicos» permitió a las mujeres enviar señales de interés sin necesidad de hablar, utilizando posiciones específicas del abanico para comunicar deseos y emociones. Este sistema, más lúdico que serio, proporcionaba una forma de coqueteo discreto en situaciones sociales, donde el silencio era tan importante como las palabras. En este contexto, el cortejo no solo era una cuestión de contacto físico o verbal, sino un juego simbólico que reflejaba las normas sociales y las expectativas de la época.

Fragancias, obsequios y notas de amor

Además de los abanicos, durante la época de la Regencia, las demostraciones de atracción también consideraban el uso de fragancias y obsequios. Los perfumes en forma líquida se usaban tanto en misivas amorosas como en el cuerpo para intensificar los sentimientos de amor y anhelo. Frecuentemente, los caballeros regalaban flores, retratos diminutos y libros con anotaciones como una manera de manifestar su cariño y dedicación hacia una posible pareja. Estos presentes no solo simbolizaban el sentimiento amoroso, sino también la disposición para establecer una relación duradera.

Las mujeres, por su parte, respondían con regalos hechos a mano, como chalecos bordados o flores prensadas, que simbolizaban su amor fiel y su habilidad doméstica. El intercambio de regalos como anillos o mechones de cabello también tenía un profundo significado, simbolizando la permanencia y la conexión emocional entre los pretendientes. Estos rituales, aunque alejados de las formas modernas de cortejo, revelan la importancia de los símbolos y las señales en la construcción de una relación romántica.

La fotografía como el principal medio de citas contemporáneas

Mientras la fotografía se volvía más accesible a fines del siglo XIX, las tarjetas fotográficas de presentación se transformaron en un medio popular de intercambio entre parejas románticas. Estas diminutas imágenes, que generalmente mostraban retratos formales, ofrecían a las personas la oportunidad de enviar una representación visual de sí mismas a posibles interesados. Similar a las fotos en las plataformas de citas hoy en día, estas tarjetas proporcionaban una primera impresión esencial y facilitaban una conexión visual en un contexto donde la interacción cara a cara era escasa.

La fotografía de aquel entonces operaba de forma comparable a cómo los perfiles en las plataformas sociales funcionan hoy. La foto elegida mostraba una versión idealizada del individuo, evidenciando su posición social, carácter y metas. La intención de causar una buena impresión, observable en los perfiles de citas modernos, continúa siendo un elemento constante en las relaciones románticas, sin importar el canal elegido.

La transformación del cortejo y el surgimiento de la vida nocturna

Durante el siglo XX, el arte del cortejo siguió transformándose con la llegada de nuevas maneras de socializar. Las discotecas y clubes nocturnos, particularmente en ciudades como Berlín en los años 1920, se volvieron lugares esenciales para conocer y flirtear. Los mensajes y obsequios comenzaron a enviarse por medios novedosos, como los tubos neumáticos en clubes berlinéses, donde los asistentes tenían la posibilidad de enviarse mensajes discretamente. Estos lugares de interacción social flexibilizaron las normas del cortejo tradicional, facilitando a las personas conocerse de una forma más abierta y directa.

La modernización del coqueteo: redes sociales y señales ocultas

En la actualidad, el cortejo sigue existiendo, pero a través de plataformas digitales como las aplicaciones de citas. Aunque el contexto y las herramientas han cambiado, la necesidad de conectarse con otros sigue siendo la misma. Los «swipes», los emojis y los mensajes directos han reemplazado a los abanicos y las cartas, pero los principios subyacentes de la atracción siguen siendo similares.

Además, en el ámbito de las comunidades LGBTQ+, los códigos no verbales siguen desempeñando un rol esencial. Antiguamente, las señales ocultas, como el clavel verde, permitían a los individuos de la comunidad LGBTQ+ conectarse sin ser detectados. Actualmente, los iconos en las redes sociales y los emojis siguen funcionando como formas de comunicación sutil para manifestar el interés amoroso.

La evolución continua de los gestos, símbolos y señales en las relaciones amorosas

A través de los tiempos, la manera de expresar amor y los códigos no verbales de conquista se han establecido como estrategias potentes en la búsqueda de una pareja. Desde las pinturas en las cortes reales hasta los deslizamientos en aplicaciones de citas, los gestos y símbolos de atracción han sido una constante en el desarrollo de relaciones amorosas. Aunque las maneras de comunicarse han evolucionado, el anhelo humano de establecer un vínculo emocional con otro ser sigue siendo la motivación que impulsa el cortejo, demostrando que, a pesar del avance del tiempo y la tecnología, el amor continúa siendo un juego repleto de indicios y símbolos.