La represión contra las protestas antirrusas en Georgia se agrava con palizas a varios activistas | Internacional

La represión contra las protestas antirrusas en Georgia se agrava con palizas a varios activistas | Internacional

La situación en Georgia se vuelve más tensa y violenta a medida que el Gobierno avanza en su intención de aprobar la llamada ley de “agentes extranjeros”, de inspiración rusa. El miércoles por la noche fueron golpeados por desconocidos tres miembros de la sociedad civil que abanderan las protestas contra ese proyecto de ley. Ninguno de los asaltantes ha sido identificado ni arrestado. Sin embargo, la policía detuvo este jueves a seis activistas acusados de atacar a los agentes y dañar cámaras de seguridad durante manifestaciones organizadas hace varios días contra la norma. Horas después, el embajador de Georgia en Francia, Gotcha Javakhishvili, anunció su dimisión a causa de la polémica medida y se convertía en el primer alto funcionario en renunciar por este motivo. El diplomático explicó en las redes sociales que el proyecto aleja a su país del camino hacia la integración en Europa.

Mientras tanto, los principales partidos opositores culpan al Gobierno de promover los ataques de encapuchados; señalan a Bidzina Ivanishvili, el hombre más rico del país, como responsable de lo que consideran una deriva hacia un régimen autoritario bajo el control de Rusia. Y reclaman que Occidente aplique sanciones contra el magnate.

Ivanishvili amasó su fortuna en Rusia antes de fundar en 2012 el partido actualmente en el poder, Sueño Georgiano. Fue primer ministro ese año y se retiró en 2013 para ejercer desde entonces el poder en la sombra como presidente de honor de su partido, sin ofrecer conferencias de prensa ni entrevistas. Ahora que el país se encuentra sacudido desde hace un mes por manifestaciones casi diarias contra la ley de agentes extranjeros, el oligarca resurgió de las sombras el 29 de abril para defender el proyecto de ley. Lo hizo con un discurso pronunciado en Tbilisi, la capital del país, en el que culpó a las ONG de ser “una pseudoélite alimentada por países extranjeros”. Y amenazó al principal partido opositor, el Movimiento de Unidad Nacional, al advertir que después de las elecciones legislativas, previstas para octubre, esta formación “recibirá el castigo que merece” y pagará “por todos los crímenes contra el pueblo georgiano”.

Métodos de Putin

Eka Gigauri, presidenta de la ONG Transparencia Internacional en Georgia, indica a través del teléfono que los ataques del miércoles fueron promovidos por el partido en el Gobierno. “Tratan de aterrorizar a la sociedad. Van a las casas de activistas y periodistas y colocan carteles en las paredes donde dicen que estas personas son agentes extranjeros y socavan los intereses de Georgia. Estos son los métodos al estilo de Vladímir Putin y Aleksandr Lukashenko [presidentes de Rusia y Bielorrusia]. Esto demuestra que tienen miedo de estas manifestaciones”.

Por su parte, el diputado Giorgi Vashadze, uno de los líderes de la formación opositora Coalición de la Victoria, señala en una conversación telefónica que el responsable de esos ataques es un Gobierno que “actúa al dictado de Moscú”. “El miércoles por la noche unas bandas de encapuchados atacaron a opositores al salir de sus casas. Y esta mañana [por el jueves] han arrestado a seis personas que se habían manifestado de forma pacífica. Pero no nos van a detener. Para este sábado tenemos convocada una manifestación. Y el domingo hemos organizado una concentración para pasar toda la noche frente al Parlamento”.

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El investigador Max Fras, de la London School of Economics Consulting, también sostiene por teléfono que es el partido en el Gobierno quien está detrás de las últimas agresiones. “Solo los oponentes han sido atacados. Es casi cómico ver cómo algunos miembros del gobernante Sueño Georgiano dicen sentirse acosados, cuando son los opositores los que reciben palizas, solo ellos”.

La ONG georgiana Fundación de la Sociedad Civil denunciaba este jueves a través de un comunicado: “No queda ninguna capa social, profesional o grupo social que en los últimos días no haya urgido al Gobierno a abandonar la ley rusa. Científicos, estudiantes, médicos, representantes de la cultura y del deporte, empresarios, agricultores y otros grupos están hoy en el lado correcto de la historia”.

La iniciativa del Gobierno obliga a completar una declaración anual a todas las personas, ONG y medios de comunicación que reciben más de un 20% de sus ingresos desde el exterior. En caso de presentar alguna supuesta irregularidad recibirán una multa de 25.000 laris, unos 9.000 euros. La tercera y definitiva lectura del proyecto de ley está prevista que comience el lunes 13 de mayo y que se apruebe a lo largo de la semana. La reforma es un calco de la que Vladímir Putin promovió en 2012 y sobre la que el Kremlin edificó su impunidad.

Régimen autoritario

“La ley de agentes extranjeros”, advierte el diputado Vashadze, “es solo el inicio de lo que pretende hacer este Gobierno: convertir a nuestro país en un régimen autoritario. Después vendrán a por todos los que estemos contra ellos, uno a uno: asociaciones, periodistas, políticos…”, advierte.

Uno de los puntos clave del proyecto de ley actual es que el Ministerio de Justicia podrá exigir la información que considere necesaria, incluidos datos personales, a los declarados agentes extranjeros. En la práctica, esto pone en peligro a las fuentes de los medios independientes y a los colaboradores de las ONG.

Tanto la presidenta de Transparencia Internacional Georgia como el diputado Giorgi Vashadze coinciden en reclamar a Occidente que aplique sanciones económicas y de otro tipo contra el magnate Ivanishvili y sus aliados. “Bidzina Ivanishvili”, explica el parlamentario, “ha manipulado la economía de este país durante sus 12 años de poder en la sombra. Ha convertido a Georgia en su banca privada. Pero él no entiende el lenguaje diplomático que emplea la Unión Europea. Él se maneja con códigos rusos y solo comprende el lenguaje de la fuerza. Bidzina y sus amigos quieren que sus hijos estudien en Estados Unidos y en Europa, no en Moscú. Por eso, si se les impide viajar a Occidente, darán marcha atrás”.

“El problema”, agrega el diputado opositor, “es que Occidente siempre actúa de forma reactiva y defensiva, ante hechos ya consumados. Pero ya las declaraciones no bastan, hay que aplicar sanciones, los países libres tienen que ayudar a la gente que estamos luchando aquí por la libertad”.

Por su parte, Eka Gigauri cree que el magnate se muestra indiferente a los recortes de financiación de la UE para proyectos específicos en Georgia. “Sus prioridades radican en salvaguardar sus activos y proteger su red corrupta”, concluye.

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By Adiel Quesada

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