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Los aliados de Estados Unidos están ansiosos por las futuras elecciones del país. La reciente decisión de la Corte Suprema de ampliar significativamente el poder ejecutivo ha generado preocupaciones sobre la estabilidad y confiabilidad del poder estatal estadounidense.
Keigo Komamura, profesor de derecho en la Universidad Keio de Tokio, dijo que la inmunidad penal del presidente estadounidense debilita la confianza en otros países aliados. “Este escenario en Estados Unidos no es muy diferente de lo que está sucediendo con Xi Jinping en China”, afirmó.
En varios países, como Japón, Corea del Sur, Australia y el Reino Unido, no existen protecciones tan amplias como las que parece haber otorgado la Corte Suprema de Estados Unidos. Rosalind Dixon, profesora de derecho de la Universidad de Nuevas Gales del Sur, criticó la decisión por no respetar las normas globales.
En Corea del Sur, ningún líder político disfruta de protección legal contra un proceso penal después de dejar el cargo. Ramón Pacheco Pardo, del King’s College de Londres, señaló que en Estados Unidos los presidentes parecen estar al pie de la ley, a diferencia de lo que ocurre en Corea del Sur.
Japón evita arrestar a parlamentarios mientras están en el cargo, pero no desata intimidaciones penales. Uno de los mayores escándalos de Japón involucró al ex primer ministro Kakuei Tanaka y a un senador de Lockheed.
En el Reino Unido, los parlamentarios disfrutan de protección legal contra los delitos derivados de su discurso político, pero no son inmunes a las leyes penales. La policía arrestó al ex primer ministro Boris Johnson por violar las leyes sobre el coronavirus durante el encierro.
En Malasia, aunque la impunidad ejecutiva no está tan extendida, la cultura de la impunidad prevalece. En Israel, todos los miembros del parlamento, incluido el primer ministro, se han beneficiado de un proceso de inmunidad frente a actos oficiales, similar a la inmunidad que parece haber sido levantada por la Corte Suprema de Estados Unidos.
Adam Shinar, de la Universidad Reichman de Tel Aviv, comentó que la decisión introduce un tipo de inmunidad similar a la que tienen los líderes israelíes desde 1951. Sin embargo, agregó que la preocupación es mayor por la posibilidad de que Trump regrese a la presidencia y su devaluación debido a regulaciones legales.
Shinar concluyó que la creciente inmunidad de los políticos y la cada vez menor confianza en las instituciones políticas representaban un problema importante.
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