Una de las preguntas más frecuentes que ha tenido que responder Jarno Zaffelli, la cara visible de Dromo, el estudio encargado del diseño del circuito de Madrid, tiene que ver con Valencia y su rimbombante, a la vez que efímera, apuesta por la Fórmula 1. Y no solo por la rimbombancia con la que se fueron telegrafiando las conversaciones con Liberty Media, el promotor del Mundial, muy del estilo de la sobreexposición de Rita Barberá y Francisco Camps, la alcaldesa de Valencia y el presidente de la Comunitat Valenciana, cuando el campeonato desembarcó allí, en 2008. Aquel trazado que debía servir de orgullo a los valencianos caracoleaba por la trastienda de los tinglados del puerto de la ciudad del Turia y limitaba con una zona de chabolas que nada tenían que ver con el glamour que se le presuponía a un circuito que debía semejarse al de Mónaco.
Tampoco el de Madrid pasará, ni de lejos, cerca de ninguna de las principales atracciones turísticas de Madrid, sino que corveteará por una zona prácticamente industrial y destinada a las ferias. Sin embargo, Zaffelli cree que las peculiaridades del entorno que ofrece la zona de pabellones de Ifema y los terrenos de Valdebebas le han brindado a su grupo de trabajo la oportunidad de crear algo completamente único. “Los apasionados a la F1 me lo han repetido muchas veces que, por favor, no hagamos lo mismo que en Valencia. Pero que la gente esté tranquila, que Madrid no será como Valencia. Básicamente, porque Valencia no lo diseñamos nosotros”, explica Zafelli, en conversación telefónica con EL PAÍS.
Dromo tiene mucha experiencia en el campo del diseño y la proyección de trazados. Su obra más reciente es la remodelación del circuito de Zandvoort, en Holanda. De allí sacaron la idea de la curva peraltada, al estilo de los óvalos, americanos, cuya pendiente aún está por definir. Ese aspecto, al igual que otros, no quedarán definidos hasta que no se vayan conociendo más detalles acerca del nuevo reglamento que debe entrar en escena en 2026. “Ifema nunca nos dijo cómo quería el circuito desde un punto de vista de recorrido. Solo nos comentaron que querían propuestas únicas, que fueran eficientes y sostenibles, y que perduren en el tiempo”, destaca el técnico, cuya empresa acaba de terminar las obras de remodelación de Mugello.
“La piedra angular de nuestra propuesta siempre fue captar la atención de los aficionados. Por eso dibujamos las curvas con la intención de que las tribunas quedaran lo más cerca posible”, prosigue Zaffelli, que ve como un atractivo único las instalaciones de Ifema. Tan es así, que el montaje de las carpas de las escuderías se emplazará bajo techo, de modo que no se emplearán los grandiosos hospitality de las citas europeas. “El despliegue será como en las carreras transoceánicas”, remacha Zaffelli.
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