El beso no consentido del dimitido dirigente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales a la futbolista Jennifer Hermoso ha cogido vuelo europeo. Una mayoría de eurodiputados han reprobado este jueves la agresión a la jugadora como un gesto “deplorable” y un “abuso”. Todo en un debate en el pleno en el que han reclamado la mejora de las condiciones laborales de las deportistas y más medidas para llegar a la igualdad y que el partido ultra Vox ha aprovechado para cargar contra las atletas trans. El caso Rubiales ya está en manos de la justicia, pero el debate en la Eurocámara y el respaldo de los legisladores europeos a Hermoso y a que lo sucedido fue una agresión aviva de nuevo el asunto.
El caso Rubiales, ha incidido la eurodiputada de ERC (impulsor del debate a través de su grupo Los Verdes) Diana Riba, “demuestra lo difícil que es romper con las violencias y la impunidad estructurales”. “Hace unas semanas, con motivo de la victoria española en el Mundial, pudimos ver una deplorable, bochornosa y desafiante actitud [de Rubiales] que atentó contra la dignidad de los derechos de las mujeres”, ha lanzado la eurodiputada del PP Rosa Estarás en un debate en el que la comisaria europea de Cohesión y Reformas ha reclamado más igualdad en el deporte, pero sin mencionar el caso Rubiales. El beso no consentido a la futbolista española es “la punta del iceberg de una práctica discriminatoria que venía denunciándose desde hace tiempo”, ha añadido Estarás.
Las críticas y el apoyo a Hermoso en el primer debate a nivel europeo sobre el caso han llegado en su mayoría de las eurodiputadas españolas y de los partidos de centro izquierda e izquierdas, que han clamado contra la “cultura de la impunidad”. Algunos han eludido ahondar en el incidente tras la final del Mundial de fútbol en Australia y han hablado de forma más general de la igualdad en el deporte.
“El beso no fue querido, así que fue un abuso de poder a través de una agresión sexual”, ha afirmado Evelyn Regner, eurodiputada socialdemócrata, en el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo, en el que este miércoles se ha escuchado un tajante “se acabó”, el lema con el que las jugadoras de la selección española de fútbol y la propia Hermoso han clamado contra lo sucedido. Rubiales no ha dimitido, ha lanzado la socialista Laura Ballarín, “le han echado todas las mujeres”.
El beso no consentido, ha dicho el eurodiputado polaco y ex futbolista Tomasz Frankowski (Partido Popular Europeo), fue un “delito contra el deporte”. “La imagen de una agresión sexual se ha visto en toda Europa”, ha declarado Sira Rego (IU). “Esto que para cualquier persona con sentido común es abuso de poder se ha puesto en duda, lo que demuestra que es algo normalizado en todos los aspectos de la vida”, ha añadido la eurodiputada española. “Quieren convencernos de que no es para tanto que un tipo te toque el culo por la calle, que tu novio te viole o que tu jefe te dé un morreo. Es violencia sexual, privilegios de los hombres que se asientan en nuestro cuerpo”, ha remarcado.
“Es lamentable que las jugadoras españolas hayan tenido que ganar un Mundial para que el mundo las escuche”, ha declarado la eurodiputada de Ciudadanos Soraya Rodríguez, que ha ondeado una camiseta de la selección española femenina de fútbol firmada. Rodríguez recordó que las deportistas ya habían alzado la voz sobre situaciones vejatorias. “La diferencia es que esta vez lo vieron millones de telespectadores”, ha añadido.
Jorge Buxadé, del partido ultraderechista Vox, conocido por sus posiciones negacionistas de la violencia machista, se refirió al beso no consentido de Rubiales a Hermoso como un “gesto grosero” y aprovechó el debate en el pleno para cargar contra la ley trans española y las deportistas trans. La “mayor violencia” en el deporte “es que hombres que se autoperciben mujeres puedan arrebatarles éxitos y medallas”, ha dicho en referencia a la ley trans.
Pese a que los datos muestran que la mayoría de autores de agresiones son personas conocidas de las víctimas y no hay una sobre-representación de extranjeros, Buxadé ha vuelto a la falsa retórica de que los agresores sexuales en España son extranjeros no occidentales, de que esos casos son aceptados y que hay una corriente que quiere destruir al hombre occidental. “Cuando los autores son extranjeros, ustedes callan porque no encaja en su enfermo esquema moral de que el sujeto a destruir es el hombre occidental”, ha lanzado. “La izquierda siempre ha sido un problema para las mujeres. Ahora tenemos las pruebas”, ha acusado.
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