Las pequeñas empresas en Estados Unidos enfrentan un entorno complicado debido a los aranceles establecidos por la administración de Donald Trump, resultando en un costo adicional calculado de 202.000 millones de dólares. Aunque el gobierno pretendía que los exportadores soportaran el peso de estas tarifas, la realidad es que los importadores son quienes deben efectuar los pagos a la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza, afectando más a las compañías de menor tamaño. Estas empresas, responsables de más de la mitad de la generación de empleo en el país en los últimos años, están observando cómo sus márgenes de beneficio disminuyen y se ven en peligro debido a la falta de infraestructura y recursos necesarios para gestionar la carga administrativa que imponen las nuevas medidas.
El efecto de los aranceles se refleja especialmente en las pequeñas empresas que dependen de artículos importados, como los restaurantes que adquieren ingredientes particulares o las tiendas dedicadas a productos del extranjero. En contraste, las grandes compañías cuentan con equipos especializados para manejar las nuevas regulaciones, mientras que las pequeñas carecen de estos recursos y deben enfrentarse a trámites adicionales, costos de fianzas y aumentos en los precios de los productos. Erin Williamson, quien es vicepresidenta de Geodis, una firma global de logística, señaló que la carencia de personal y estructuras adecuadas en las pequeñas empresas complica su adaptación a estos cambios, situándolas en una posición de desventaja ante la competencia.
Los costos adicionales y las dificultades en la gestión de los aranceles
En el 2023, las pequeñas compañías importadoras en EE. UU., que se calculan en aproximadamente 236.000, adquirieron productos por más de 868.000 millones de dólares. La Cámara de Comercio de EE. UU. prevé que los aranceles incrementarán los gastos de estas empresas en un promedio de 856.000 dólares anuales por empresa. Estos gastos adicionales no solo afectan la economía, sino que también incrementan la complejidad burocrática. Las pequeñas empresas deben pagar fianzas aduaneras más altas, gestionar trámites adicionales y enfrentar un sistema de aranceles en constante cambio. Esta complejidad en la administración y los nuevos gastos asociados están poniendo presión sobre las pequeñas empresas que no tienen los recursos para afrontar estos desafíos de la misma manera que las grandes corporaciones.
La Cámara de Comercio Internacional de EE. UU. destacó que la ambigüedad sobre la implementación de los aranceles está creando desconcierto incluso entre las mayores corporaciones multinacionales, lo que evidencia aún más los retos para las pequeñas empresas, las cuales no cuentan con la infraestructura para manejar estas incertidumbres. Además, conforme las empresas deben ajustarse a estos nuevos sistemas comerciales, las inversiones a largo plazo enfrentan riesgos, ya que muchas compañías no pueden planificar con certeza el futuro debido a las constantes modificaciones en las políticas.
Consecuencias en los costos y el IPC: una perspectiva incierta
Aunque el impacto de los aranceles sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) no ha sido inmediato, los precios de los productos importados ya comienzan a reflejar los aumentos. Según los análisis de Goldman Sachs, a medida que los inventarios de productos importados se vacíen, el impacto en los precios será más pronunciado en la segunda mitad del año. Durante los primeros meses de la implementación de los aranceles, las empresas absorbieron más de la mitad del costo, mientras que los consumidores asumieron un 22% de los aumentos de precios. No obstante, se prevé que los consumidores asumirán una mayor proporción de los costos a medida que la carga de los aranceles se traslade, con un posible aumento del 67% en los precios en los próximos meses.
Este incremento en los precios influirá sobre todo en los compradores, quienes experimentarán de manera directa el impacto de los aranceles en los productos que adquieren. La falta de claridad sobre cómo se manejarán los aranceles a futuro también está aumentando las presiones inflacionarias, lo que podría agravar aún más la situación económica nacional. Aunque algunos especialistas consideran que la Reserva Federal podría bajar las tasas de interés en los meses venideros, el peligro de una inflación mayor debido a los aranceles sigue presente, lo que podría tener repercusiones negativas para las pequeñas empresas y la economía en su conjunto.
Cómo superar el impacto de los aranceles y las políticas comerciales erráticas
Las pequeñas empresas estadounidenses están luchando no solo contra los aranceles, sino también contra la incertidumbre provocada por las políticas comerciales cambiantes de la administración de Trump. Esta falta de claridad sobre cómo se aplicarán los aranceles, junto con los frecuentes cambios de dirección en las decisiones del gobierno, está paralizando los planes a largo plazo de las empresas y frenando la inversión. Las empresas necesitan un marco de políticas comerciales claro y coherente para poder tomar decisiones informadas sobre sus operaciones y mantener su competitividad en el mercado global.
El futuro de las pequeñas empresas en EE. UU. dependerá de cómo se gestionen los aranceles y las políticas comerciales en los próximos meses. Mientras tanto, las pequeñas empresas siguen siendo las más afectadas por las complejidades burocráticas y los costos adicionales derivados de los aranceles, lo que podría poner en riesgo su capacidad para mantenerse a flote en un mercado cada vez más incierto.