El camino hacia unas posibles negociaciones de paz entre Kiev y Moscú se antoja lento y pedregoso, pero la reunión celebrada este fin de semana en la ciudad saudí de Yeda ha puesto un ladrillo más en esa nueva arquitectura política que quiere levantar Ucrania para poner fin a la invasión rusa a gran escala. El Ejecutivo de Volodímir Zelenski ha logrado varias cosas en la cita celebrada bajo los auspicios del príncipe heredero saudí, Mohamed Bin Salmán: primero, la organización en sí del foro, algo más de un mes después del primer intento de impulsar el diálogo en torno a la paz, en una reunión celebrada en Copenhague (Dinamarca). En segundo lugar, la participación de una delegación enviada por China, país con excelentes relaciones con la Rusia de Vladímir Putin, junto a alrededor de otras 40 misiones diplomáticas. En último lugar, Kiev ha conseguido que sobre la mesa prevalezca el principio de integridad territorial como eje fundamental de sus exigencias. Rusia no estaba invitada a la cita.
“Hubo opiniones diferentes”, ha manifestado este domingo Andri Yermak, jefe de la Oficina de Presidencia de Zelenski, “pero todos los participantes demostraron el compromiso de sus países con los principios de la Carta de la ONU, el derecho internacional y el respeto a la soberanía e inviolabilidad de la integridad territorial de los Estados”. Según reveló Yermak al periódico Ukrainska Pravda, la cita saudí reunió a tres veces más países que la de Copenhague, celebrada el pasado 24 de junio. En las dos ocasiones, a puerta cerrada, el tono ha sido prudente, así como el contenido de las conversaciones, que permanece secreto.
Sobre la mesa de Yeda ha estado lo que se denomina “fórmula Zelenski”, los 10 puntos trazados por el presidente ucranio en noviembre. El pilar de este plan de paz es la retirada de las tropas rusas de todo su territorio y la restauración de la soberanía e integridad de Ucrania. Además, el presidente incluye en su propuesta la protección de los suministros alimentarios y energéticos, la seguridad nuclear y la liberación de todos los presos, así como la puesta en marcha de un tribunal para juzgar los crímenes de guerra rusos.
Moscú, que había manifestado que seguiría la cita de Yeda para conocer los objetivos que las conversaciones, ha señalado a través del viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, que el foro es resultado de los intentos de Occidente de movilizar a la comunidad internacional y a países del sur global en torno a la fórmula Zelenski, “insostenible y condenada al fracaso”.
Riabkov, no obstante, ha informado de que el Gobierno ruso discutirá con los socios de los BRICS los resultados de la reunión. La asistencia a la cita de Yeda, salvo de Rusia, del bloque de países emergentes (Brasil, India, China y Sudáfrica), un club aliado al que Putin le quiere dar prioridad, ha sido una de las grandes victorias de Kiev, en especial por la presencia del enviado de Pekín, Li Hui. Los BRICS celebrarán entre el 22 y 24 de agosto en Johannesburgo su próxima cumbre, a la que no asistirá Putin, contra el que pesa una orden de arresto emitida por el Tribunal Penal Internacional de La Haya.
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete
El Gabinete de Zelenski había planteado el foro de Yeda como antesala a la organización en otoño de una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que sí pueda avanzar en torno a qué plan de paz se puede poner sobre la mesa. Kiev mantiene como exigencia fundamental la retirada de tropas rusas a las fronteras trazadas tras la disolución de la Unión Soviética. Pero esto choca sin duda con la máxima del Kremlin: mantener bajo su control los territorios anexionados de forma ilegal e incluidos desde octubre del pasado año en la Constitución rusa como parte de la Federación (zonas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia).
Moscú defiende lo anexionado
En una entrevista concedida al periódico estadounidense The New York Times como parte de un reportaje publicado este domingo, el portavoz del Kremlin, Dmitro Peskov, señaló que Moscú no quiere anexionarse más de lo ya ocupado por sus fuerzas armadas. “Solo queremos controlar todos los territorios que actualmente están escritos en la Constitución como nuestros”, afirmó Peskov.
Según detalló Yermak a Ukrainska Pravda, los asistentes al foro de Yeda fueron: Bulgaria, el Reino Unido, Dinamarca, Estonia, España, Italia, Letonia, Lituania, Países Bajos, Alemania, Noruega, Polonia, Rumania, Eslovaquia, Finlandia, Francia, República Checa, Suecia, Arabia Saudí, Australia, Bahréin, India, Jordania, Qatar, Kuwait, Unión de las Islas Comoras, China, Corea, Turquía, Japón, Egipto, Sudáfrica, Estados Unidos, Canadá, Argentina, Brasil, Chile, y las organizaciones Unión Europa y Naciones Unidas.
El desarrollo de las conversaciones durante este fin de semana no ha frenado la violencia en el frente. El lanzamiento de una gran ofensiva rusa durante la noche del sábado al domingo obligó a activar las alertas antiaéreas en prácticamente toda Ucrania. Según los datos de la Fuerza Aérea de este país, Rusia llevó a cabo 70 ataques a través de misiles de crucero, hipersónicos y drones. Dos personas perdieron la vida por el bombardeo ruso contra un centro de transfusiones de Kupiansk, en la provincia de Járkov, en el este del país. Los proyectiles enviados por Moscú también golpearon unos silos y una base aérea de Khmelnitski, a unos 35 kilómetros al suroeste de Kiev. Las fuerzas ucranias han respondido este domingo con un nuevo ataque sobre el puente de Chonhar, que une Jersón con Crimea, parcialmente dañado.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Suscríbete para seguir leyendo
Lee sin límites