El CD Huracán Melilla fue durante la temporada pasada el peor equipo de España. Ocupó el último puesto en la clasificación del grupo IX de la Tercera división (el quinto escalón del fútbol español) con tan solo cinco puntos ―el que menos de los 288 clubs de esta categoría― tras lograr una victoria y dos empates en 30 partidos. Recibió 119 goles y solo fue capaz de marcar ocho. Una temporada nefasta en lo deportivo que también lo ha sido en lo judicial. En lo que va de año, cuatro jugadores y dos directivos del club, entre ellos su presidente, se han visto implicados en tres investigaciones judiciales por el supuesto amaño de partidos, un presunto fraude en subvenciones y un oscuro caso de compra de votos por correo en la ciudad autónoma para las elecciones municipales del pasado 28 de mayo. El Ministerio del Interior define a los implicados como “una organización criminal” en una nota hecha pública este jueves.
La primera de las pesquisas que han terminado convirtiendo al CD Huracán Melilla en el campeón de la corrupción se inició el 14 diciembre de 2021, después de que la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ, dependiente del Ministerio de Consumo) alertase a la Policía Nacional de que en el encuentro de Copa de Rey que habían disputado dos días antes el equipo melillense y el Levante UD, que entonces jugaba en Primera, el Servicio de Investigación Global del Mercado de Apuestas (SIGMA) había registrado numerosas apuestas sospechosas, todas ellas hechas desde Melilla. En ellas se apostaba a que el partido llegaría al descanso con victoria del Levante por más de dos goles y al final del encuentro, por más de siete. La primera parte terminó con un 0-4 y concluyó con un 0-8.
Los agentes del Centro Nacional Policial para la Integridad en el Deporte y las Apuestas (Cenpida, de la Policía Nacional), especializados en la lucha contra la corrupción en las competiciones, pusieron entonces en marcha la Operación Nerón, que concluyó el pasado febrero con la detención de cinco personas, entre ellas un jugador del equipo melillense, Yosef H. G. ―ahora retirado―, y la imputación del presidente del club, Felipe Heredia Núñez, de 31 años, que también ejercía de entrenador y delegado. Tras conocerse su presunta implicación, Heredia anunció su dimisión, aunque los agentes están convencidos de que siguió dirigiendo el club. Las pesquisas apuntan a que el jugador arrestado se había valido supuestamente de cuatro personas de su entorno familiar ―los otros detenidos― para hacer apuestas en operadores virtuales y de forma presencial en locales de la ciudad hasta conseguir un beneficio superior a los 30.000 euros.
Cuando la Operación Nerón aún estaba en marcha, la LaLiga informó a la policía de que, a través de su canal de denuncia, había recibido información de manera anónima del posible amaño de otros tres partidos disputados por el equipo melillense. En concreto, los celebrados entre el 14 de enero y el 19 de febrero de este año contra los equipos UD Maracena, Huétor Vega y Arenas Armilla, todos de la provincia de Granada. En cada uno de ellos, el equipo de Melilla recibió cuatro goles. Las sospechas apuntan que los implicados pactaron tanto la derrota como el número concreto de tantos que iban a encajar.
De hecho, la DGOJ alertó entonces de múltiples alertas recibidas de casas de apuestas en internet sobre apuestas sospechosas realizadas desde Melilla a resultados concretos y con marcadores abultados de encuentros diputados por el equipo local en un momento de la temporada, la fase final, que los expertos policiales consideran más proclives a los amaños, ya que muchos equipos no se juegan nada ―como ocurría con el CD Huracán Melilla, que ya estaba matemáticamente descendido― y existe el riesgo de que futbolistas se presten a este tipo de fraudes. Comenzaba así la segunda investigación policial sobre el club, la denominada Operación Siroco.
Estas pesquisas desembocaron el pasado junio en la detención de 17 personas, según ha informado este jueves Interior. Entre ellas estaba el presidente del CD Huracán Melilla, al que los investigadores consideran el cabecilla de la trama y, como tal, quien se encargaba de gestionar los amaños a través de jugadores de su confianza. Junto a él fueron arrestados su número dos en el club, Najim B. N.; tres jugadores del equipo y un cuarto futbolista, este del Huétor Vega. También fueron detenidas otras seis personas en Melilla y cinco en la provincia de Granada´, todas ellas del entorno familiar y de amistad de los dos directivos y los jugadores de las que estos se valían para realizar las apuestas sin que se les vinculasen a ellas, ya que está prohibido que apuesten en la categoría en la que compiten. Están acusados de los delitos de pertenencia a organización criminal, corrupción entre particulares en el ámbito deportivo, estafa, blanqueo de capitales y falsedad documental.
En la Operación Siroco, la investigación apunta a que la trama no solo amañó siete encuentros del final de la temporada, sino que también presuntamente cobraba de manera irregular ayudas y subvenciones, parte de cuyos fondos destinaban supuestamente después a apostar en los partidos en los que ya habían acordado los resultados. Las pesquisas se centran en irregularidades en el cobre del dinero que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) le entregaba para sufragar los viajes que tenían que hacer a la península para disputar los encuentros oficiales, y otras ayudas que percibían para adquirir equipaciones deportivas.
Según las pesquisas, la trama presuntamente encabezada por el presidente del club inflaba las facturas de los viajes para estafar a la RFEF y, en el caso de la compra de ropa, incluso elaboraban algunas por trabajos no realizados para cobrar las ayudas. Fuentes cercanas a la investigación señalan que durante las pesquisas se ha registrado una agencia de viajes de la ciudad autónoma y requerido abundante documentación a la Real Federación Melillense de Fútbol, que era a través de la que el CD Huracán Melilla recibía los fondos de la RFEF.
Fue en el transcurso de esta segunda operación cuando los agentes descubrieron que las actividades presuntamente delictivas del presidente del club iban más allá del fútbol. Durante las pesquisas, la policía interceptó con orden judicial una conversación telefónica de Heredia en la que este presumía ante su interlocutor de haber conseguido cerca de 600 votos por correo para Coalición por Melilla (CpM), una de las formaciones que concurrían en la ciudad autónoma a las elecciones del pasado 28 de mayo.
Según la investigación, el presidente del club era uno de los presuntos captadores que recorrían las barriadas humildes de la ciudad autónoma en busca de personas dispuestas a vender su sufragio a cambio de cantidades que oscilaban entre los 100 y los 150 euros. El 23 de mayo, cinco días antes de los comicios, fue detenido junto a otras nueve personas, entre ellos un consejero de la ciudad por ese partido, Mohamed Ahmed Al Lal. Todos quedaron después en libertad con cargos, acusados de fraude electoral.
En un escrito, la Fiscalía detallaba que el presidente del CD Huracán Melilla y el resto de detenidos presuntamente “conformarían una estructura organizada, con planificación previa y concertada, y la compra de votos se estaría financiando además con parte de los fondos obtenidos por empresas y particulares relacionadas con el partido político indicado en licitaciones públicas, convenios, contratos y subvenciones que se habrían adjudicado durante la última legislatura en la ciudad autónoma”.
Entre las subvenciones investigadas está, precisamente, una de 205.000 euros que recibió el equipo en abril tras firmar un convenio con el gobierno de la ciudad autónoma supuestamente para financiar diferentes gastos del equipo, entre ellos el de sus desplazamientos a la península a disputar partidos oficiales cuando, paradójicamente, la temporada está prácticamente concluida. La policía intenta determinar si parte de esos fondos se destinaron a la compra de votos por correo. El peor equipo de España, de nuevo en el epicentro de una trama de corrupción.
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