Dani Carvajal no se esconde. Tampoco parece tener miedo a decir lo que piensa. Ni para defender a Luis Rubiales, tampoco para distanciarse de Jennifer Hermoso. Dice que no quiere opinar. Sin embargo, cuando le preguntaron por el beso no consentido del directivo granadino a su compañera de selección en la final del Mundial femenino reflexionó: “En ningún momento he dicho que Jenni no sea la víctima. He dicho que hay que preservar la presunción de inocencia. Hay que solidarizarse con Jenni. No creo que esté pasando un buen momento como tampoco creo que lo esté pasando el presidente. No estoy aquí para juzgar a nadie”.
Carvajal intentó, de alguna manera, matizar sus palabras de este miércoles por la noche en Onda Cero cuando subrayó que Hermoso no había presentado ninguna denuncia: “Hay personas que tienen que decidir y si hay algún culpable o alguna víctima, pues ya se hará saber. No podemos posicionarnos o condenar una parte u otra previamente, sin conocer realmente qué ha pasado o qué se ha estipulado”.
La actitud de Carvajal contrastó con la que había tenido Azpilicueta, un día antes, en la misma sala de prensa. “Nosotros tenemos una responsabilidad. Tenemos que ayudar y estamos con ellas”, había dicho el futbolista del Atlético de Madrid. “Únicamente defiendo la presunción de inocencia en este país”, contraatacó Carvajal. Los diferentes discursos de Azpilicueta y Carvajal no hicieron más que sacar a la luz las tensiones en el vestuario de la Roja masculina para redactar el comunicado que Morata leyó el pasado lunes.
Morata, Azpilicueta y Rodri llegaron a Las Rozas con la idea de apoyar a sus compañeras. Así lo manifestaron al grupo antes de la comida del pasado lunes. Hasta allí, todo más o menos compartido. Sin embargo, las discrepancias comenzaron cuando había que elegir el tono. Mientras los futbolistas del Atlético y el del City optaban por un mensaje duro Carvajal, Unai Simón y Asensio pretendían un comunicado más ambiguo. Entonces, apareció un tercer grupo, liderado por Olmo, Kepa y Laporte para buscar una opción de consenso.
“Nuestro comunicado fue muy complicado. Había que poner de acuerdo a 24 opiniones en el vestuario. Lo hicimos con la mejor intención para todos. Fue un comunicado acorde a la situación y a lo que representamos”, reveló el defensa. Sin problemas en continuar llamando presidente a Rubiales, suspendido provisionalmente por la FIFA, tampoco en defender su gestión. “Conmigo siempre ha tenido un trato personal excelente y a nivel de ayudarnos como futbolistas ha sido excepcional. Yo hablo por la parte que me toca, como jugador, y no puedo ponerle ninguna pega”.
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